Con mis catorce billetes, yo empecé mi viaje. Todo fue bueno y yo llegué a mi destino una hora temprano. Dije 'Hola' a mi anfitriona y fui a la 'Tango Mango' para comer y para encontrar los bailadores.
Yo bailé. No lo habia hecho desde el mayo pasado a causa de la espalda. Esta vez, aunque yo había olvidado muchos pasos, todo estaba bien.
Cuando las señoras bailan por la tarde ellas visten de forma de informal. Pero por la noche es diferente. En ese momento ellas visten las ropas muy bonitas, las faldas, los vestidos y las blusas todas centellantes. Pero más importante son los zapatos. Tienen todos colores con los tacones muy altos y muy peligrosos. Es estupendo.
Por la tarde próxima volví y toqué mi música. A los bailadores les gusto mucho. Por la noche bailé otra vez.
El sábado fue al final. Ese día toqué con dos guitarristas. Uno no sabia la música pero el es un músico muy bueno. Me gusta. Otra sabia la música pero el no toca tan bueno. Aunque el cree qué lo hace. Ellos me dicen que es un matemático muy inteligente. Quizás.
Para tocar con el primero era un placer. Y a los bailadores gusto nuestra música. Espero vamos a hacerlo otra vez.
Esa noche había muchos mas persones en la última milonga. Las mujeres vistieron sus vestidos mejores. O dios mío. Habia tantos señoras hermosas! Aunque unas estaban un poco desdeñosa y bailarían solamente con los hombres mejores, la mayoría no estaban tan altivas. Yo bailé con una mujer y me enamoré. Despues yo bailé con otra y me enamoré otra vez. Despues otra. Despues otra. Estaba en el cielo.
El domingo mi tren no salio hasta las cinco y media. Me habían invitado a un baile por la tarde y yo pensé yo pasaría unas horas allí. Yo no había decidido todavia cuando mi anfitriona me dijo 'Te diré adiós ahora, Patrick. Voy a ir al fondo de mi jardín y me quitaré todas mis ropas porque necesito para tomar una ducha en el sol.'
Yo estaba en mi bici y pedaleando rápidamente al horizonte antes de que pudiera decir otra palabra.
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