Con mis catorce billetes, yo empecé mi viaje. Todo fue bueno y yo llegué a mi destino una hora temprano. Dije 'Hola' a mi anfitriona y fui a la 'Tango Mango' para comer y para encontrar los bailadores.
Yo bailé. No lo habia hecho desde el mayo pasado a causa de la espalda. Esta vez, aunque yo había olvidado muchos pasos, todo estaba bien.
Cuando las señoras bailan por la tarde ellas visten de forma de informal. Pero por la noche es diferente. En ese momento ellas visten las ropas muy bonitas, las faldas, los vestidos y las blusas todas centellantes. Pero más importante son los zapatos. Tienen todos colores con los tacones muy altos y muy peligrosos. Es estupendo.